¡Termina de una vez con las puntas abiertas! Te explicamos porque aparecen, qué hacer cuando ya están aquí y cómo evitarlas.
El pelo largo es el que está más expuesto a la aparición de las puntas abiertas debido a la fricción. Las puntas abiertas no son solo un problema estético, también son un síntoma de un cabello que ha sido demasiado tratado y está dañado.
Las puntas abiertas aparecen por diversas causas como el uso de productos que no son adecuados para tu tipo de cabello, el estrés mecánico debido a la fricción (el contacto del pelo con la ropa), un cepillado demasiado brusco o una exposición excesiva a fuentes de calor (como secadores o planchas de pelo a una temperatura demasiado elevada). Bajo estas condiciones las puntas abiertas son prácticamente inevitables, sobre todo si no las cortas de vez en cuando.
Una vez que detectas que tienes las puntas abiertas, deshacerte del problema puede hacerse difícil. Sin embargo, prevenirlas es mucho más fácil. Para hacerlo has de tratar tu cabello de manera regular con acondicionadores y tratamientos adecuados para tu tipo de cabello.
Los utensilios de peinado que utilizas son igual de importantes. Utiliza siempre peines y cepillos de calidad preferentemente de materiales naturales.
Las fuentes de calor, como los secadores o planchas de pelo, deben ser regulables y los has de utilizar a temperaturas moderadas.
El pelo y las puntas son especialmente sensibles cuando el pelo está mojado. Por eso es necesario tener un cuidado especial al secar el pelo con secador o con la toalla (por ejemplo es mejor presionarlo suavemente en lugar de frotarlo).
Es relativamente sencillo evitar la aparición de las puntas abiertas, pero cuando aparecen son difíciles de reparar. Los reparadores de puntas pueden ayudarte a sellar las puntas abiertas y así posponer un corte de pelo, pero si están muy dañadas el corte puede ser invevitable. Como norma general, un corte de pelo regular evita la aparición de las puntas abiertas.
Las puntas abiertas son un problema capilar que puede prevenirse con el uso de champús, acondicionadores, aceites y tratamientos diseñados específicamente para prevenirlas o tratar este problema. Los productos hidratantes o nutritivos protegen el cabello y previenen el daño. Sus ingredientes penetran profundamente en las puntas del cabello, sellando su estructura para evitar que se te abran.
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